Comunidad Mayagna Awas Tingni vrs La Republica de Nicaragua
Caso cerrado! Finalmente después de trece largos años de litigio, el gobierno de Nicaragua reconoce de manera oficial las tierras ancestrales de los Mayagna Awas Tingni, una comunidad indígena de la costa Atlántica del país. En marzo de 1995 el gobierno de Violeta Chamorro otorgó una concesión por 30 años a la empresa coreana Sol Del Caribe (SOLCARSA), con la cual ésta compañía obtenía el derecho a la deforestación del área. El problema con ésta concesión, aparte de que iban a desaparecer los bosques, fue que violaba los derechos de propiedad del que gozan las comunidades indígenas.
En el año ‘95 la comunidad de Awas Tingni dio comienzo a la lucha legal contra el gobierno de Nicaragua presentando un recurso de amparo ante el tribunal de Apelaciones de Matagalpa, en donde solicitaban un alto a la concesión de SOLCARSA. Dicho recurso fue denegado. La comunidad no dándose por vencida agotó todas las vías legales presentando recursos de amparos ante la Corte Suprema de Justicia, recursos que también fueron denegados. En 1998, ya cansados de andar “del timbo al tambo” mendigando justicia en nuestros sordos tribunales, los Awas Tingni recurrieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Thursday, December 18, 2008
Monday, December 8, 2008
¿QUIEN CAUSA TANTA ALEGRIA?
¡LA CONCEPCION DE MARIA!
Me uno al grito popular y ferviente que se escucha desde ayer en todos los rincones de mi tierra Nicaragua. ¡Todo huele a limón dulce, a caña, a gofio y a cajeta! Y al compás de las matracas, los pitos y los maromeros cientos de feligreses salen a las calles a cantarle en coro a la venerada y milagrosa Virgen de La Inmaculada Concepción de María, patrona de Nicaragua.
¡Diciembre entró de lleno! Y con el vienen un sin numero de tradiciones y festividades cristianas que se celebran alrededor del mundo. Mi Nicaragua no es la excepción. Entre lagos y volcanes nació en la ciudad de León hace mas de 150 años una tradición únicamente nicaragüense, ¡LA GRITERIA!
Cada 7 de Diciembre a las 6 de la tarde y bajo una nube de pólvora se celebra en casi todos los hogares nicaragüenses la fiesta religiosa de la Inmaculada Concepción. La celebración empieza con nueve días de rezos frente a un altar decorado con flores y veladoras que se le prepara delicadamente a la Virgen. Al noveno día, o sea el 7 de Diciembre, la Virgen se saca al frente de la casa para ser expuesta al publico. La gente recorre las calles y en cada altar se detienen y todos en coro gritan: ¿QUIÉN CAUSA TANTA ALEGRIA!? A lo que los dueños de la casa responden: ¡LA CONCEPCION DE MARIA! Después se entonan los famosos cantos a la Virgen como Pues Concebida, Toda Hermosa, y Por eso el Cristianismo y a continuación los anfitriones reparten a la entusiasmada y gritona concurrencia la famosa “gorra” o paquete que consta de dulces típicos, refrescos, y frutas. La calidad, cantidad y variedad de “la gorra” puede variar de casa a casa.
Esta es una linda tradición que ha brincado fronteras con cada uno de nosotros, los nicas en el exterior. Muchos, aunque vivamos lejos de la patria, tratamos arduamente de mantener vivo el espíritu de la tradición transmitiendo a nuestros hijos y enseñando a nuestras amistades la importancia de nuestra celebración. Les garantizo que siempre encontraran en un día como hoy, a un nicaragüense en el exterior dispuesto a gritar con toda alegría ¡VIVA LA CONCEPCION DE MARIA!
Monday, December 1, 2008
No hay agradecimiento para los Wampanoags
El jueves pasado celebramos en Gringolandia el Día de Acción de Gracias o Thanksgiving, una tradición que dicen data de 1621 y que se ha convertido en el feriado mas importante de este país. La mayoría de los Latinoamericanos que vivimos en los Estados Unidos hemos adoptado fácilmente esta tradición, ya que, a como dice el refrán: “al país que fueres, has lo que vieres.” No solamente hemos copiado a la perfección la tradicional cena “a la gringue” con “turkey,” relleno, puré de papa dulce y pastel de calabaza, sino que también le hemos añadido platos típicos de nuestros países. La celebración la tomamos como una oportunidad para reunirnos en familia, disfrutar de una sabrosa cena y en la mayoría de los casos los mas religiosos aprovechan la noche para darle gracias a Dios por todas sus bendiciones.
En los colegios nuestros hijos aprenden que esta tradición tuvo inicio con los primeros eventos de la colonización inglesa en el Nuevo Mundo, cuando los primeros cristianos, los Peregrinos, desembarcaron en la costa este de Norte América y no tuvieron tiempo de prepararse para el crudo invierno que se avecinaba. La mitad de los colonizadores no sobrevivieron a las inclemencias del invierno y los que lograron contar el cuento lo hicieron gracias a la ayuda y generosidad que les brindaron los indios Wampanoag. Al año siguiente los Peregrinos, en agradecimiento a la ayuda que les habían brindado, compartieron sus cosechas con los indígenas, y de aquí nació la idea de proclamar “un día para dar gracias al Señor.”
La segunda parte de la historia, la que casi nadie cuenta, porque es mas fácil comerse el pavo que enfrentar la controversia, es el debate sobre la veracidad y el significado del primer Día de Acción de Gracias. Muchos nativos de Norte América discuten que no hubo tal cuento de idilio de una celebración entre colonos e indígenas ya que para ese entonces los Wamponoag reconocían perfectamente la violencia y la codicia de los colonizadores. Es mas, no se han podido encontrar documentos de la época de la colonia que reporten dicho evento - el del agradecimiento de parte de los Peregrinos a los que les habian salvado la vida. En cambio, lo que si esta bien documentado es el Día de Acción de Gracias en el año 1637 que las colonias en Connecticut tomaron para celebrar la casi total aniquilación de la tribu Pequot.
También, por allá, arrinconada en alguna esquina de la historia, está la masacre a la tribu Wampanoag. Según he leído la llegada en masa de los colonos europeos y la invasión a los territorios que ocupaban los Wamponoag desencadeno una serie de enfrentamientos que terminó en guerra. No creo que necesito aclarar quien ganó esa guerra. De casi 12,000 nativos que habitaban la región en esa época, solo quedaron unos 400 sobrevivientes. Como si fuera poco, las tropas Inglesas decapitaron a Metacomet, el cacique de los Wamponoag, y por 20 años tuvieron su cabeza en exhibición en Plymouth. De los 400 sobrevivientes, algunos fueron vendidos como esclavos a las colonias Inglesas, otros fueron forzados a abandonar sus tierras y unirse a otras tribus.
Sin mucha dificultad podría argumentar que esta celebración es bastante contradictoria e incómoda para los que analizamos los hechos desde el punto de vista de los nativos de estas tierras, ya que en realidad si aceptamos la historia tal y a como la cuentan en los colegios, entonces estaríamos celebrando que “el perro mordió la mano del que le dió de comer!” Y si aceptamos la historia del “no idilio” entonces estaríamos celebrando una masacre despiadada. Pero no se preocupen, se escoger mis batallas, y no es mi intención cambiar una tradición tan importante para este país y para todos los que vivimos en él. Simplemente quise lavar mi conciencia ya que tengo un cuarto de siglo de estar comiendome el pavo y nunca he tenido el honor (sea cual fuera el lado que escogiéramos de la historia) de escuchar en una mesa de emigrantes, descendientes de emigrantes o (para ser sincera) la mía, una oración de agradecimiento para los Wampanoags!
En los colegios nuestros hijos aprenden que esta tradición tuvo inicio con los primeros eventos de la colonización inglesa en el Nuevo Mundo, cuando los primeros cristianos, los Peregrinos, desembarcaron en la costa este de Norte América y no tuvieron tiempo de prepararse para el crudo invierno que se avecinaba. La mitad de los colonizadores no sobrevivieron a las inclemencias del invierno y los que lograron contar el cuento lo hicieron gracias a la ayuda y generosidad que les brindaron los indios Wampanoag. Al año siguiente los Peregrinos, en agradecimiento a la ayuda que les habían brindado, compartieron sus cosechas con los indígenas, y de aquí nació la idea de proclamar “un día para dar gracias al Señor.”
La segunda parte de la historia, la que casi nadie cuenta, porque es mas fácil comerse el pavo que enfrentar la controversia, es el debate sobre la veracidad y el significado del primer Día de Acción de Gracias. Muchos nativos de Norte América discuten que no hubo tal cuento de idilio de una celebración entre colonos e indígenas ya que para ese entonces los Wamponoag reconocían perfectamente la violencia y la codicia de los colonizadores. Es mas, no se han podido encontrar documentos de la época de la colonia que reporten dicho evento - el del agradecimiento de parte de los Peregrinos a los que les habian salvado la vida. En cambio, lo que si esta bien documentado es el Día de Acción de Gracias en el año 1637 que las colonias en Connecticut tomaron para celebrar la casi total aniquilación de la tribu Pequot.
También, por allá, arrinconada en alguna esquina de la historia, está la masacre a la tribu Wampanoag. Según he leído la llegada en masa de los colonos europeos y la invasión a los territorios que ocupaban los Wamponoag desencadeno una serie de enfrentamientos que terminó en guerra. No creo que necesito aclarar quien ganó esa guerra. De casi 12,000 nativos que habitaban la región en esa época, solo quedaron unos 400 sobrevivientes. Como si fuera poco, las tropas Inglesas decapitaron a Metacomet, el cacique de los Wamponoag, y por 20 años tuvieron su cabeza en exhibición en Plymouth. De los 400 sobrevivientes, algunos fueron vendidos como esclavos a las colonias Inglesas, otros fueron forzados a abandonar sus tierras y unirse a otras tribus.
Sin mucha dificultad podría argumentar que esta celebración es bastante contradictoria e incómoda para los que analizamos los hechos desde el punto de vista de los nativos de estas tierras, ya que en realidad si aceptamos la historia tal y a como la cuentan en los colegios, entonces estaríamos celebrando que “el perro mordió la mano del que le dió de comer!” Y si aceptamos la historia del “no idilio” entonces estaríamos celebrando una masacre despiadada. Pero no se preocupen, se escoger mis batallas, y no es mi intención cambiar una tradición tan importante para este país y para todos los que vivimos en él. Simplemente quise lavar mi conciencia ya que tengo un cuarto de siglo de estar comiendome el pavo y nunca he tenido el honor (sea cual fuera el lado que escogiéramos de la historia) de escuchar en una mesa de emigrantes, descendientes de emigrantes o (para ser sincera) la mía, una oración de agradecimiento para los Wampanoags!
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