La niña creció y a las muñecas de porcelana tuvo que abandonar en los rincones de su corazón. El tiempo transcurrió, y el cambio de niña a mujer se dio; primero fueron los estudios en los internados, después el arduo trabajo en la capital y luego apareció en su vida el embrollo del tan esperado amor. La mujer al poco tiempo se casó y de ese matrimonio un embarazo salió. Nueve meses de espera tomó y una peculiar niña nació. ¡Parece muñeca de porcelana! – exclamaban los que la llegaban a conocer. La niña era blanquita, menudita, como todo bebecito, una cosita bonita, pero, la madre que conocía bien a las muñecas de porcelana sabía que la comparación era solo una gentil expresión. Esta muñeca no tenía ojos de mirada antigua, ni grandes pestañas delineadas, las mejías eran mas bien tono amarillo, los labios blanquecinos, y el pelo….¿que pelo? ¡La condenada muchacha había nacido pelona! El apretado presupuesto no daba para vestirla con trajes de modelaje, y en su modesta vestimenta no habían esplendorosos encajes, ni gorritos especiales, mucho menos delicadas medias tejidas a mano. Eran ajuares sin historia, sin una vida que contar, sin ningún lujo que ostentar. No se podía comparar, pues aquí la porcelana estaba de mas mencionar. El instinto maternal hizo a ésta mujer pensar, ella no quería que de su muñeca nadie se fuera a burlar. “¡Muñequita de tusa te voy a bautizar! Es tu belleza interior la que vamos a resaltar, y aunque seas de tusa, bella te van a llamar.”
¡FELIZ DIA DE LA MADRE NICARAGUENSE!
GRACIAS MARIA LEVY POR ESTOS 46 AÑOS DE DEDICACION Y AMOR A TU MUÑEQUITA DE TUSA...